BOSQUEJO DEL ESTUDIO

 
1ª CORINTIOS 14:1-25
EL DON DE LENGUAS EN LA IGLESIA
 

C.4. El don de lenguas (14:1-25)

  

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A. INTRODUCCIÓN


En la corrección de los desórdenes que ocurrían en la iglesia en Corinto, Pablo escribe en la párrafo sobre lo inconsecuente de buscar y enfatizar el uso del don de lenguas, considerándolo superior a otros dones, especialmente al de profecía. En su celo por los dones espirituales, los corintios habían olvidado que todo don tiene como objetivo fundamental la edificación de la iglesia, para lo que es dado por el Espíritu (Ef.4:11-14), por tanto, cualquier uso de los dones en otra dirección es un ejercicio equivocado de los mismos, cuando no inconveniente, asunto que el apóstol va a dejar claramente establecido.

En el ejercicio del don de lenguas, quien ministra habla a Dios; en cambio, en el de profecía, habla a los hombres (vv.2,3). El uso del don de lenguas sin intérprete sólo trae provecho para quien lo usa, mientras que la profecía edifica a todos los oyentes (vv.4-5). El propio ejemplo de Pablo evidencia esto, ya que su ministerio de enseñanza en lengua común, permitió edificar a la iglesia, cosa imposible si hubiera hablado en lengua desconocida para los creyentes (v.6).  Para que los hermanos en Corinto comprendieran bien esto, el apóstol apela a ejemplos de la vida cotidiana, como el de los instrumentos de música, cuyo sonido distintivo impide confundirlos (v.7). De igual modo manifiesta el problema que produciría una trompeta tocada confusamente en el ejército (v.8). La inutilidad del don sin interpretación se evidencia también en el ejemplo de dos personas que desconocen mutuamente sus idiomas (v.11). Los corintios debían considerar que, sobre todas las cosas, los dones son dados para la edificación de la iglesia y que esa es la razón para su ejercicio (v.12). En tal sentido, quien deseara ministrar con el don de lenguas, debía pedir en oración que pudiera interpretarlo, para que sirviera de edificación a otros (vv.13-14). El apóstol enseña también que en las oraciones y el canto congregacionales, no es suficiente conque sean manifestaciones espirituales, sino que deben serlo también inteligibles, para que la congregación pudiera identificarse con lo que se estaba diciendo y responder con amén a la oración (vv.15-18). En base a esto él mismo estableció un comportamiento personal en la congregación, exhortando a los creyentes a dejar de actuar como niños (vv.19-20). Finalmente se dan las razones por las que el Espíritu dio el don de lenguas (vv.21-22).