APLICACIÓN PERSONAL

   

1.

La realidad de una vida de comunión con Dios.
  1.1. Sólo es posible cuando su vida se ajusta a las demandas de Dios.
  1.2. Vida que se desarrolla en la esfera de la luz, siguiendo fielmente al Señor.
  1.3. Quien vive en la realidad de la comunión con Dios, no anda en tinieblas, esto es no vive en la práctica del pecado, cualquiera que sea la forma de expresión del mismo.

2.

La necesidad de la vida de comunión exige la confesión del pecado.
  2.1. Confesar indica decir la misma cosa, esto es, aceptar para la vida lo que Dios establece como separación del pecado.
  2.2. No sólo debe confesarse, sino que es imprescindible separarse de la práctica del pecado.
  2.3. El remedio para el pecado del creyente es la confesión.