El creyente bajo la gracia actúa con la mansedumbre y
entrega propias de quién está siguiendo al Maestro (2:21),
que dijo que era preciso aprender de Él (Mt. 11:29). Una
manifestación de ese seguimiento está en sumisión del
creyente hacia los demás, lo que expresa un claro
testimonio del nuevo nacimiento. Esta actitud ha de
manifestarse también en el hogar, especialmente si se
trata de convivir con un cónyuge infiel. Aun más si el que
es creyente de los dos es la esposa y sufre el rechazo de
su esposo a causa de su fe, especialmente acentuado en
tiempos de Pedro en los que la mujer era tratada de un
modo menos atento y considerado siendo, en ocasiones, un
mero objeto en manos del marido. La esposa, con una vida
de subordinación al marido consigue alcanzarlo para Cristo
pro su testimonio personal. El modo para conseguir
evangelizar al incrédulo sin palabras, está expresado en
los siguientes pasos: Primero subordinación (v. 1), luego
dulzura (v. 2), en tercer lugar fidelidad (v. 2);
finalmente, silencio respetuoso (vv. 3, 4). El párrafo
concluye con un resumen general, a modo de recapitulación,
sobre la conducta del creyente (vv. 8-12). Es necesario
recordar que el tema que se está desarrollando es que la
gracia demanda un modo de ética.
A partir del v. 13, Pedro introduce el tema del
sufrimiento en la experiencia del cristiano que vive en la
gracia. La vida cristiana pasa por esta experiencia. El
mismo apóstol recuerda que Lot, un creyente de la antigua
dispensación, se sentía abrumado por la conducta de los
impíos (2 P. 2:7-8). El Señor advirtió de esto a quienes
deseen seguirle con fidelidad (Jn. 15:20). Pedro escribió
ya antes sobre las consecuencias del sufrimiento para el
discípulo (2:21). Los creyentes receptores de la carta
estaban pasando por la experiencia de persecuciones y
sufrimientos, a causa de su fe. De ahí que el apóstol
retome el tema para tratarlo con mayor extensión y
énfasis. La vida en la gracia comporta momentos de
sufrimiento. Pedro da primero las razones por las que se
produce esta experiencia (3:13-4:6) y seguidamente la
reacción que el creyente debe manifestar en el sufrimiento
(4:7-19).
La división del capítulo para su estudio puede
establecerse, conforme al bosquejo, de esta manera: En la
sección de la sumisión en la gracia, está el aspecto de la
sumisión a los maridos (vv. 1-7); luego una recapitulación
de la enseñanza (vv. 8-12); ya en la sección de la gracia
y el sufrimiento (3:13-4:19), las razones para el
sufrimiento, iniciándolo con aspectos generales de la
enseñanza (vv. 13-17); y finalmente el ejemplo supremo de
Cristo (vv. 18-22).