Lo dicho ya en la introducción de las cartas que se han
considerado en el estudio anterior, es también para este
estudio, ya que la continuidad es total. El libro está
desarrollando la segunda parte de su contenido, que tiene
que ver con “las cosas que son” (1:19), es
decir, lo que tiene que ver con la actual dispensación, la Dispensación
de la Iglesia. Siguiendo el mismo desarrollo, el Señor,
por medio de Juan, envía tres mensajes a otras tantas
iglesias locales, la iglesia en Sardis, en Filadelfia y en
Laodicea. Quienes interpretan esta parte del libro como
tipológico, en el sentido de que cada iglesia representa un
periodo de tiempo de la historia general de la iglesia,
tendrán serias dificultades para precisar el tiempo que
corresponde a las dos últimas iglesias. Bien pudiera ser
que el momento presente corresponda al periodo determinado
por la iglesia en Filadelfia, o pudiera ser que fuese ya el
tiempo final, correspondiendo al mensaje a Laodicea.
Siguiendo el método de interpretación literal, cada una de
las iglesias con sus circunstancias, es ejemplo para el
momento presente, a fin de seguir lo que es reconocido en
ellas como aceptable para el Señor y apartarse de aquello
que es puesto en evidencia como incorrecto.
Sin embargo, las siete iglesias representan también
las condiciones que se producen en el trascurso de la
historia de la iglesia. La división del pasaje para su
estudio es sencilla. La carta a la iglesia en Sardis (vv.
1-6); la carta a la iglesia en Filadelfia (vv. 7-13); y,
finalmente, la carta a la iglesia en Laodicea (vv. 14-22).
Como en las cartas anteriores, se reproduce sistemáticamente
el mismo ritmo en cada escrito: (1) Presentación del Señor;
(2) Elogios; (3) Reprensión; (4) Exhortación; (5) Apelación
y promesa. No obstante, el orden de los apartados varía un
poco en alguna de estas tres cartas.
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