BOSQUEJO DEL ESTUDIO


APOCALIPSIS  7:1-17
SALVACIÓN Y GOZO
 

A. INTRODUCCIÓN

1.4. Paréntesis: Los redimidos de la tribulación (7:1-17)

1.4.1. Los 144.000 sellados (7:1-8)

1.4.2. La multitud de gentiles salvos (7:9-17)

  

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A. INTRODUCCIÓN

El capítulo anterior concluye preguntando, ante la expresión más intensa de la ira de Dios sobre el mundo: “¿Quién podrá sostenerse en pie?”. En este capítulo se aprecia la respuesta. Nadie podrá sostenerse a no ser los que han sido redimidos por Dios. Este es el hilo conductor que liga el capítulo con lo que antecede y sigue. Los expositores bíblicos consideran de distintas formas el texto, aunque una gran mayoría habla de un paréntesis o un interludio que se inserta entre el sexto y el séptimo sello. Sin duda el paréntesis se establece por un cambio de tema, pero no es tanto un paréntesis temático, sino un paréntesis aclaratorio. Los acontecimientos simultáneos exigen establecer estos paréntesis para considerar asuntos que acontecen al mismo tiempo y que son diferentes entre sí. No cabe duda que las visiones se detienen para incluir un aspecto de salvación, pero todo ello está dentro del tema general en esta sección del libro, que revela lo que ocurrirá durante el tiempo de la tribulación. No sólo se vierte la ira de Dios sobre el mundo, sino también la gracia en salvación. No ha habido tiempo en que Dios no salve al hombre. Desde el mismo instante de la caída se ha producido la salvación por gracia del pecador que la acepta por fe. No hay razón alguna para que se detenga durante los siete años de la tribulación. Es más, el cumplimiento de lo que el Señor anunció en su discurso profético del Olivete, que “será predicado el evangelio del reino en todo el mundo, para testimonio a todas las naciones” (Mt. 24:14), tendrá cumplimiento en ese tiempo, no antes ni después. Una idea equivocada en relación con el arrebatamiento de la iglesia, enseña la salida del Espíritu Santo del mundo junto con la iglesia. Esta es la consecuencia de una incorrecta interpretación de las palabras de Pablo relativas a la instauración del Anticristo y su gobierno en el mundo, detenido hasta el presente por el Espíritu Santo, en las que el apóstol afirma que: “Ya está en acción el misterio de la iniquidad; sólo que hay quien al presente lo detiene, hasta que Él a su vez sea quitado de en medio” (2 Ts. 2:7). Si el Espíritu Santo es retirado de la tierra en el arrebatamiento, no es posible la salvación. Juan enseña, por medio de la visión recibida, que habrá un tiempo de gran salvación durante el período de la tribulación, cuando ya la iglesia no esté en la tierra, lo que confirma la enseñanza general de que el Espíritu Santo estará operando activamente en la tierra para salvación después del arrebatamiento de la iglesia. El presente capítulo enseña como Dios hará posible esa obra de gracia.

 

La división del pasaje para su estudio es sencilla. Primero está el paréntesis sobre los redimidos durante la tribulación (7:1-17), en donde aparecen los 144.000 sellados (vv. 1-8), la multitud de gentiles salva (vv. 9-12), y la procedencia de los salvos (vv. 13-17)