Dios
ha determinado la consumación de su ira sobre el mundo
rebelde y transgresor, dispuesto a destruir la oposición
contra Él y asumir el reino que le corresponde como
Creador y sustentador de su creación. En el capítulo
anterior, Juan presentó las visiones que preparan el
terreno para la última acción del juicio divino. En el
presente pasaje se consuma el propósito determinado con
el derramamiento de las siete copas que contienen las
siete últimas plagas sobre el mundo. Las copas fueron
entregadas a los ángeles que actuarán como
instrumentos del juicio de Dios (15:1, 7). En este
pasaje se describe como van siendo derramadas sobre el
mundo y las consecuencias que cada una de ellas produce.
El capítulo está compuesto por la descripción de la
actuación sucesiva de los siete ángeles. Los juicios
de las copas son calificados como Alas siete plagas postreras@. Este calificativo y los resultados muy
semejantes, permiten comparar la última manifestación
del juicio de Dios con las plagas de Egipto. Ya se indicó
antes que un buen estudio comparativo entre el Éxodo y
el Apocalipsis, es enriquecedor, de ahí que algunos
llamen a este libro El segundo éxodo. La estructura del
capítulo es sencilla. A cada voz de mando que viene de
Dios, se produce la acción de uno de los ángeles. Las
cuatro primeras copas derramadas sobre el mundo,
producen una sucesión de juicios que afectan a toda la
tierra, tanto a los continentes, como al mar y a las
aguas, dulces y marinas. La quinta copa hierre la
capital de la bestia. La sexta prepara el camino para la
unión de los ejércitos de la tierra, dispuestos a
luchar contra Cristo. En ese momento Cristo mismo
anuncia, por medio de su siervo Juan, la victoria final
unida a su segunda venida. Con la séptima copa se
anuncia la destrucción de Babilonia por decisión
soberana de Dios. El final del pasaje se describen
convulsiones cósmicas que preparan el terreno para los
dos siguientes pasajes, que detallan el final del reino
del Anticristo. Con esta séptima copa vertida concluye
la visión de los juicios de Dios sobre el mundo. Los
siguientes capítulos narran con todo detalle los
pormenores de la última actuación de Dios sobre la
humanidad para instaurar su reino. Hay un notable
paralelismo, que aumenta en intensidad, entre el primer
septenario de los sellos, el segundo de las trompetas y
este tercero de las copas. En este último grupo de
juicios, la intensidad de ellos es notable y supera
totalmente la dimensión de los anteriores. En todo ello
se distingue también la acción de la gracia que busca
con esas acciones el arrepentimiento del hombre y, al
mismo tiempo, se insiste por tres veces el rechazo del
hombre al llamado de Dios, blasfemando de sus decisiones
y de su esencia (vv. 9, 11, 21).
La división del pasaje para su estudio es sencilla: La
primera copa y sus consecuencias (vv. 1-2); la segunda
copa y el juicio sobre el mar (v. 3); la tercera copa,
con el juicio sobre los ríos (vv. 4-7); la cuarta copa
y el calor abrasador (vv. 8-9); la quinta copa y las
tinieblas (vv. 10-11); la sexta copa con la acción
sobre el Éufrates (vv. 12-16); y finalmente la séptima
copa con las profundas convulsiones cósmicas (vv.
17-21).