Después de presentar la situación del pueblo y el
instrumento que Dios escogió para la liberación de ellos,
oprimidos por los madianitas, el texto bíblico ofrece la
actuación de Dios, por medio de los que Él mismo seleccionó
de todo el pueblo.
Gedeón demostró su compromiso de fidelidad con el Señor,
probando su madurez, al no apresurarse a iniciar las tareas
de librar a Israel de sus enemigos, hasta tener la evidencia
cierta del llamado de Dios a esa obra. El relato bíblico va
a poner de manifiesto su actitud y actividad en el campo de
batalla contra los enemigos de Dios. El pasaje ofrece cuatro
aspectos de los acontecimientos que llevaron, finalmente, a
la victoria sobre los enemigos del pueblo de Dios, que eran,
a su vez, enemigos de Dios mismo. En primer lugar relata el
modo como se formó el ejército que se enfrentó a los
amalecitas (vv. 1-8). Seguidamente aparece el modo como Dios
alentó a Gedeón, antes de iniciar sus actividades bélicas,
mediante el sueño relatado por uno de los madianitas (vv.9-15).
Luego la primera intervención del ejército de Israel, no
tanto para enfrentarse a los enemigos, sino en una manera de
amedrentarles (vv.16-22). Finalmente la actuación directa
contra los enemigos que habían salido huyendo, produciéndose
la primera y principal victoria contra ellos (vv.23-25),
quedando el final de la destrucción de los madianitas, para
el relato del próximo capítulo.
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