BOSQUEJO DEL ESTUDIO

 
MARCOS 13:1-37
 

I. EL SACRIFICIO DEL SIERVO (11:1-15:47)

4. El anuncio profético del Siervo (13:1-37)

4.1. La admiración de los discípulos (13:1-2)

4.2. Las señales del fin de la dispensación (13:3-23)

4.3. La segunda venida (13:24-27)

4.4. Advertencias sobre el tiempo de la segunda venida (13:28-31)

4.5. El secreto del tiempo de la segunda venida (13:32-37)

  

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A. INTRODUCCIÓN


En la última visita de Jesús a Jerusalén, dedicó tiempo, como se ha considerado en los capítulos anteriores, a la enseñanza en el Templo. Cada uno de los tres últimos días de su ministerio terrenal, acudió a ese lugar. En el atrio se produjeron los encuentros con grupos de opositores, pero, sobre todo, el Señor dedicó tiempo a la enseñanza, como había sido su ocupación a lo largo de los años de ministerio público. Jesús había anunciado a sus discípulos que aquel sería el último viaje a Jerusalén, ya que iba a ser entregado en manos de los principales sacerdotes, de los escribas y de los ancianos, y sería muerto (10:33, 34). El tiempo para la obra de redención estaba llegado a su cumplimiento. Concluido el ministerio diario, el Señor, junto con los discípulos, salía de la ciudad para retirarse a Betania, donde pernoctaban. Fue en uno de esos momentos finales del día, cuando, al abandonar el recinto del templo, los discípulos fijándose en los grandes edificios del santuario, obra de grandes proporciones mandada ejecutar por Herodes el Grande, hicieron notar al Señor su admiración por aquella grandeza y suntuosidad. Sin embargo, su asombro debió ser aún mayor cuando recibieron la respuesta del Señor que anunciaba la destrucción de aquellas construcciones. Los discípulos, bajo la influencia de la teología de su tiempo, consideraban que la destrucción del templo sería un cataclismo final, y que se relacionaba con la venida del Mesías y el fin del mundo. Esto general en el grupo un profundo deseo de conocer sobre los acontecimientos finales, para lo cual formularon al Señor una doble pregunta sobre las cosas que habían de ocurrir y las señales sobre Su venida y el fin del mundo. La respuesta a la primera parte de la pregunta, que tiene que ver con la destrucción de los edificios del templo está recogida por el evangelista Lucas (Lc. 21:5-6). La segunda parte de la pregunta sobre los tiempos finales, se desarrolla en los versículos de este pasaje, así como en el paralelo de Mateo 24. El Señor expresa proféticamente acontecimientos que se producirán en un período de tiempo breve, siete años, que ocurrirán inmediatamente antes de su segunda venida a la tierra, para instaurar el reino de Dios, en la expresión del reino mesiánico milenial. Estos acontecimientos tendrán lugar en el tiempo profético de la última semana de Daniel (Dn. 9:27), y afectarán especialmente a Israel y al remanente fiel. En ese tiempo se producirá una situación angustiosa para los creyentes fieles de Israel (Jer. 30:7). La profecía sobre la destrucción del templo tuvo cumplimiento pleno en el año 70, con la invasión de la ciudad por el ejército de Tito. Las predicciones registradas en el evangelio según Lucas, se produjeron con precisión matemática en el sitio y conquista de la ciudad. Queda, pues, por cumplirse la restante profecía, cuya ejecución ocurrirá en un tiempo futuro que sólo es conocido por Dios, pero que, como toda la profecía, tendrá pleno y definitivo cumplimiento a su debido tiempo.

El pasaje recoge primeramente la admiración de los discípulos por los edificios del templo y la primera afirmación de Jesús sobre la destrucción del lugar (vv. 1-2). Sigue luego la pregunta que le formularon en relación con los acontecimientos futuros (vv. 3-4). El Señor responde a la pregunta refiriéndose a las primeras señales (vv. 5-8), las persecuciones que se producirán contra los creyentes (vv. 9-13), y el período más intenso de la tribulación (vv. 14-20). El Señor formuló advertencias sobre la manifestación del engaño de aquellos tiempos, anunciando falsos Cristos (vv. 21-23). En la enseñanza Jesús enseñó sobre su segunda venida (vv. 24-27). La enseñanza profética concluye con unas advertencias sobre el tiempo que precederá a la segunda venida (vv. 28-31), y el secreto de cuando se producirá, que está reservado al conocimiento de Dios (vv. 22-27).